lunes, 10 de diciembre de 2012

¿OS PARECE QUE NOS PONGAMOS A ORGANIZAR LA RESISTENCIA HOY MISMO?

Bueno, ya está. Ha pasado algo que no estaba en el guión. En tres días la entrevista de la cadena SER ha tenido más de 18.000 visitas y mucha gente me está escribiendo para preguntarme qué es lo que se puede hacer para cambiar las cosas. Entended que lo que yo he contado lo sabe todo el mundo que piensa, no es nada nuevo. No he descubierto la pólvora ni soy el que más sabe. De hecho sé menos que la mayoría porque por razones de trabajo no tengo mucho tiempo para leer. El que realmente tiene mérito es el periodista que se ha atrevido a hacer algo así jugándose el tipo. Pero sea como sea la cosa ha salido así y estoy recibiendo muchos comentarios, mensajes, sugerencias, consultas y todo eso.

Yo francamente llevaba mucho tiempo sin escribir sobre la revolución porque me desencantaba el poco caso que los compadres y comadres habían hecho de la propuesta que escribí de reforma de la Constitución. Miguel Rix se ha quedado sin saliva de tanto difundir la propuesta, pero en mi portal sólo hay 125 descargas y en el suyo sólo 500. Su audiencia roza las 300.000 personas, o sea que percibo poca afición a la lectura por decirlo así. Por favor, que esto no se entienda como una forma de ignorar el curro que mucha gente del 15M y las acampadas se pega para poner en marcha iniciativas y proyectos, y la energía, buena fe y generosidad que le echan. Y lo mismo digo de las asambleas constituyentes. Respeto y admiro su trabajo.

Esto que voy a hacer a continuación me acojona un poco porque es fácil que sea malintrepretado. Es que resulta que a mi alrededor cada conversación se centra en lo mismo: En lo que está pasando. En la cafetería, en la cola de la farmacia, por la calle: No se habla de otra cosa, todo el mundo está preocupado pero nadie sabe cómo resolverlo (o a mí me lo parece), ni siquiera los que están en la vanguardia de la cosa. Si echas un ratón en un cubo de agua, se pone a nadar en círculo hasta que le fallan las fuerzas y se ahoga. Esto es lo que estamos haciendo: Malgastar la energía en lamentarnos sin encontrar salida, y sobre todo caminando en círculo al limitarnos a decir No sin encontrar algo concreto y definido a lo que decir SÍ.

Ya escribí en el artículo anterior, previa petición de disculpas, que mi oficio es resolver problemas relacionados con la ley y todo eso. Esta mañana me ha venido a la mente una imagen un poco idiota pero imagen al fin y al cabo. Imaginaba que me venía a consultar un asunto al despacho no un cliente, ni un colectivo de cien personas, como suele suceder, sino la Humanidad bajo la forma de una persona individual, digamos. La Humanidad se sentaba delante de mi mesa de trabajo y me decía, como tantas veces han hecho los clientes: Mire, tengo un problema que consiste en esto y quiero ver si se puede luchar y se puede resolver. En este caso, me transmitía el problema de que las élites económicas la estaban dejando hecha polvo, estaban marraneando el planeta, envenenando los alimentos, pervirtiendo el aire, degradando al ser humano y pisoteando la dignidad de cada uno de los habitantes del pedrusco giratorio.

Bueno, bien… Creo que sé cómo se hace. Perdonadme, no quiero ser pesado, pero aparte del rollo de los abogados tengo alguna experiencia en lo que llaman guerrilla urbana. En 2008 organicé a los afectados por la ley de costas de toda España, más o menos los llevé al combate y ganamos. Fui al Parlamento Europeo a defender a los débiles frente a los abusos del Estado y el Parlamento Europeo me dio la razón. Yo no soy ni caudillo, ni profeta, ni mesías ni nada de ese estilo. Soy uno más y sé que esto es un trabajo colectivo donde cada uno pone lo que puede, tiene y sabe. En este caso yo aporto mi experiencia para que si puede ser otros la aprovechen y pongan en marcha cosas si quieren y les parece bien. No entiendo cómo no hay otros que saben más que yo que no diseñan una solución y una puesta en marcha (puede que lo hayan hecho y yo no lo sepa: En ese caso pido disculpas), pero como estoy que ardo de mala leche y veo la solución, o creo que la veo, voy a hacer lo que pueda por ponerla en marcha.

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